domingo, 24 de mayo de 2015

A veces

A veces no importa cuántas máscaras me pruebe,
porque sé que no serán mi rostro,
aquel rostro que ha sabido reconocerse en el tiempo,
una y mil veces,
aquel rostro que no se supo mirar.

A veces no encuentro caminos para ver
la revelación que engendran tos ojos,
aquellos ojos que me han dejado genuflecto,
una y mil veces,
aquellos ojos que me saben mirar.

A veces siento que el espacio se cierra en mis frontales,
dejando demasiado detrás en mis espaldas,
espaldas que supieron llevar equipajes,
una y mil veces,
equipajes que ya no pesarán.

A veces me canso de tantas cosas mundanas,
de los gritos de sobra, de las palabras vacías,
palabras que secan nuestro jardín, 
una y mil veces,
palabras que no merecen ser.

A veces me olvido de todo lo demás,
me olvido de tu tiempo,
me olvido de tu rostro,
me olvido de tu voz,
me olvido de tus manos,
de tu ser, de tu mar,
del brillante expandir de tus alas,
del fulgor de tu esperanza,
de tu amanecer.

Es que el mundo a veces me distrae.
las horas grises llevan mi andar por otras calles,
calles que no me llevan a ti,
una y mil veces, como sueño, como deseo,
calles que no quiero encontrar.

Pero hay veces,
que las palabras son de luces nuevas,
y tu cuerpo es el camino que va al mar.
El viento trae el escampar en esos días,
y el dulce encuentro tiene lugar.

Somos de sombra y luz,
de barro y miel,
gritos y silencios,
enojos y amor,
El tiempo es duro y blando,
claro y oscuro,
como el agua o el ardor.

A veces, soy ángel otros infierno,
a veces soy dueño y otras deudor,
somos de lodo y estamos vivos,
somos de esperanza y del dolor.

Pero vale cada sombra si hay tu luz,
vale el silencio si hay tu voz,
vale la amargura, vale el sinsabor,
valen todos los “a veces”,
porque es constante nuestro encuentro,
y será eterno nuestro amor.

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