Hoy sólo tengo tu ausencia,
los miles rincones vacíos.
Tengo el sinfín de sensaciones
acabadas,
y tu rostro en mi cabeza, cada vez más
incompleto.
¿Por qué quedan menos recuerdos?
¿Por qué me niegan su existencia?
¿Por qué se escurren como polvo por
debajo de la puerta?
¿Por qué no se aferran a mí?
Si te necesito en mi memoria;
si quiero ser como tú.
Hoy preciso tu presencia, y he olvidado
tu aroma,
en esta mañana apacible que me
recuerda a ti.
Te busco en mi rostro,
te busco en mi andar.
Un camino distinto marca mi paso.
¿Tanto he cambiado o nunca tu gesto
estuvo en mí?
Intentaré encontrarte en otros
lugares;
no ya en los rincones;
no ya entre mis ojos;
no ya en tus poesías que son de otro
tiempo;
no ya en los aromas, ni entre mis
sueños.
Te encontraré en nuevos senderos;
no ya en tus zapatos,
que tristemente he perdido;
no ya en tus cuadernos,
ni en tu bastón, que aún conservo.
No te encontraré en tu agenda
con viejos contactos que ya no son,
no ya en mis recuerdos que se
desvanecen,
se que ahí no estarás más,
tu esencia ha trascendido.
Estarás en otro plano, en otro
sentido...
Estarás en mi andar, en mi abandono;
en el instante en que nace mi palabra,
en mi silencio.
Harás carne de cada una de mis penas,
y estarás allí, en todas mis
aventuras.
Serás del mundo de mi esperanza,
y crecerás en mí, cuando me gane la
tristeza.
Llenaras con agua mis mares de locura,
y estarán tus pensamientos en toda mi
razón.
Te formarás de todas mis poesías,
y te convertirás en arte, en cada
letra.
No habrá rincones de mi ser,
que no se inunden con tu alegría.
Borrarás mi nostalgia, mi melancolía,
y escaparás de todos tus objetos,
te alejarás del pasado, de los
recuerdos
y serás quien guíe hábilmente mi
osadía.